Proyectos Hidroeléctricos amenazan
TERRITORIO WILLICHE
Las centrales proyectadas en la cordillera valdiviana son, además de San Pedro, Choshuenco y Neltume (de Endesa) en las cercanías del lago Neltume; Pellaifa y Liquiñe, de la noruega SN Power, al interior de Coñaripe; y la nueva captación de la existente Pullinque, de la transnacional italiana Enel.
Por Mauricio BECERRA*
Azkintuwe
* Gentileza de http://www.puntofinal.cl/
Si ya comenzaste...¡¡Hazme Rechupete Hasta el Final!!
PANGUIPULLI / El silencio reinó en el gimnasio mu-nicipal de Panguipulli el pasado 7 de mayo. Mapuches de las comunidades cordilleranas, empresarios turísticos, vecinos y ambientalistas no aceptaron la fórmula de participación ciudadana propuesta en los proyectos hidroeléctricos, la que los instaba a escuchar a los funcionarios de Colbún que presentarían la proyectada central San Pedro, a construirse aguas abajo de la desembocadura del lago Riñihue. Simplemente los echaron.
Dos días después ocurrió lo mismo en Los Lagos, en las reuniones programadas para presentar el proyecto de un embalse de 28 millones de metros cúbicos ubicado 14,5 kms. aguas abajo del desagüe del lago Riñihue, que generaría un lago artificial de doce kilómetros y una presa de hormigón de 56 metros de alto. Después ocurriría lo mismo en Valdivia. En el intento de presentación del proyecto fueron expulsados el gerente de asuntos corporativos de Colbún, Carlos Urenda, el jefe del área ambiental de esa empresa, Hernán Cuadro, y el director de Conama en la Región de Los Lagos, Nelson Bustos.
El proyecto de Colbún, empresa del grupo Matte, plantea instalar una central de pasada que tendría una potencia eléctrica instalada de 155 MW, con una generación media anual estimada en 960 GWh para aportar al Sistema Interconectado Central a través de un empalme de 42 kms. Para los habitantes de la región este proyecto es la punta de lanza de otros seis que planean las empresas eléctricas y el gobierno en la cordillera de la Región de los Ríos, y que afectarían el sistema de lagos interconectados de la cuenca Lacar-Valdivia.
El sistema de lagos es de origen volcánico y surge en el lago General San Martín, en el lado argentino. Las aguas bajan por el río Pirihueico al lago del mismo nombre. Siguen por el río Fuy al lago Neltume y por el río Choshuenco al lago Panguipulli; de allí bajan por el río Enco al lago Riñihue y después desaguan por el río San Pedro -que luego es el Calle Calle- que posteriormente desemboca en el mar como río Valdivia. Por Coñaripe, las aguas del lago Pellaifa desaguan al lago Calafquén por el río Pellaifa; luego descienden al lago Pullinque, y por el río Pumahue bajan al lago Panguipulli.
“Para nosotros todo esto tiene un newen (fuerza) que no puede ser afectado por los intereses de las mineras del norte, que son las que requieren la energía. Todo esto del proceso de ‘participación ciudadana’ es un cuento, ya que no es vinculante. ¿Qué saco con escuchar a los de Colbún o a los de Endesa sobre cómo van a inundar estas tierras? Esa forma de ‘participación’ es la que rechazamos”, afirma Jorge Weke, werken de la comunidad Malchehue, de Panguipulli. Carmen Pirquiante, de la organización Newen Mapu, de Coñaripe, sostiene que “los ríos Llancao y Quilalelfo, la Laguna Azul, los árboles y lawenes (plantas medicinales), cada uno tiene su espiritualidad, su newen. No aparecen en los mapas winkas. Jamás esos newenes han estado juntos y ahora quieren juntarlos todos y echarlos al lago Pellaifa”.
Hasta ahora sólo se ha presentado, en 2002, el estudio de impacto ambiental de la central San Pedro. Pero el secretario de la Comisión Nacional de Energía, Luis Sánchez Castellón, la agenda del gobierno y El Mercurio mencionan siete proyectos hidroeléctricos “para la nueva región para superar la crisis energética”. La propia ministra de Minería, Karen Poniachik, a fines del año pasado pidió un fast track para los estudios de impacto ambiental de las centrales proyectadas. Clara muestra de que las mineras nortinas están en crisis energética. Las centrales proyectadas en la cordillera valdiviana son, además de San Pedro, Choshuenco y Neltume (de Endesa) en las cercanías del lago Neltume; Pellaifa y Liquiñe, de la noruega SN Power, al interior de Coñaripe; y la nueva captación de la existente Pullinque, de la transnacional italiana Enel.
Especies únicas
El estudio de impacto ambiental (EIA) de la proyectada central San Pedro reconoce entre los impactos de su construcción el incremento en los niveles de presión sonora, producción de material particulado y gases de combustión. Además informa la disminución del hábitat fluvial; cambios en la estructura y funcionamiento de las comunidades bentónicas y de peces; pérdida de vegetación nativa en las riberas y de hábitat de fauna en el lugar de emplazamiento de la central y en el trazado de la línea de transmisión; pérdida del valor escénico e intervención en zonas de protección oficial.
Entre las especies arbóreas afectadas hay doce especies nativas. Destacan el coigüe, lingue, roble, olivillo, laurel y ulmo. Pero el mayor daño que provocaría la construcción de la central es en el hábitat de un pez, el tollo de agua dulce (Diplomystes camposensis), especie descubierta en 1987, que sólo se encuentra en el río San Pedro.
Manuel Ruiz, del colectivo ambientalista Jóvenes Tehuelches, sostiene que “en el estudio no contemplaron medidas de mitigación respecto del bagre y del tollo de agua dulce”. Y acusa: “Dicen que será una central de pasada y que el agua se renovará cada 27 horas. Pero por el solo hecho de haber un embalse artificial y producción de materia vegetal pudriéndose y generando gases, se modifica la temperatura. Eso altera la cualidad biótica del agua, en una cuenca que en cuarenta kilómetros tiene una calidad excepcional. En vez de intervenirla debiéramos pensar cómo mantener esa cuenca, con políticas de manejo integral”.
Un informe de la Red Internacional de Ríos dice que cuatro por ciento del calentamiento global se debe a los grandes y medianos embalses. Otro integrante de Jóvenes Tehuelches, Ximena Retamales, acusa: “Aquí son siete proyectos en la Región de los Ríos, otros cuatro en Los Lagos y once más en Aysén. Es una gran cantidad de hectáreas de bosque nativo que se estaría inundando. Los dos gases más importantes de la putrefacción, el CO2 y el metano, estarán presentes, más la generación de ácido sulfídrico. Los dos primeros generan el efecto invernadero y el último altera el Ph del agua, haciéndola más ácida y bajando la dilución de oxígeno”. La inversión estimada para la represa San Pedro es de 180 millones de dólares y su construcción demoraría tres años, dando empleo a 500 trabajadores. Pero una vez puesta en marcha requerirá sólo de 25 para funcionar.
Los hechos consumados
Colbún contrató al sociólogo Esteban Illanes para convencer a los pehuenches del Alto Bío Bío para que permutaran sus tierras a fin de construir la central Ralco. Francisco Kakilpán, del Parlamento Mapuche, señala: “Nosotros ya tuvimos la experiencia de ese proceso. Estos tipos llegan a las comunidades diciendo que el proyecto es inevitable y que deben dar su consentimiento. Si bien en ninguno de los proyectos presentados se contempla relocalizar a los mapuches, su concreción es un golpe más al territorio mapuche y a la Tierra”.
Jorge Weke acusa que “estas empresas traen un clima de violencia. Endesa, sin pedir permiso a nadie, ya instaló en Choshuenco y Neltume cabañas para los jefes y cuatros contenedores y maquinarias en Puerto Fuy, afectando el lago Pirihueico, que es un corredor interoceánico. Se apro-vechan de la pobreza de la gente y crean divisiones en la comunidad”.
Endesa instaló maquinarias en las cer--canías del lago Neltume y hace per--foraciones arrendando un terreno a comuneros mapuches. El sábado 26 de mayo amenazaron con armas a comuneros mapuches que fotografiaban esas faenas, entre los que estaba el lonko de Pucura, José Catrilaf. Weke señala co-mo consecuencia de tales prácticas, “la división de la comunidad, alteración de lugares sagrados como el cementerio y el lago Neltume, cuyas aguas han sido ancestralmente usadas en sanaciones; alteración del nivel del lago y río Pirihueico y del humedal del río Cuá Cuá; además del sitio prioritario de raulí de la reserva nacional Mocho Choshuenco”. Las obras de Endesa caerían en la ilegalidad ya que ni siquiera ha presentado un estudio de impacto ambiental para la construcción en Neltume ni cuenta con un permiso provisorio de la autoridad ambiental o del municipio.
No es otro Ralko
A diferencia de Ralko, las empresas eléctricas se enfrentan esta vez a una comunidad unida, cómoda en su hábitat y consciente de la importancia de sus recursos naturales. Además, la experiencia de Celco en Valdivia generó un amplio movimiento que no mira con buenos ojos estos proyectos. Manuel Ruiz, estudiante de la Universidad Austral, dice que “hay conciencia de que el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental está hecho para concretar los proyectos. Y la dinámica que ha tenido la ley 19.300 da cuenta que fue hecha para avalar los tratados con otros países antes que para preservar el entorno. No sacan nada con presentar estudios medianamente científicos, si la evaluación final es de la Corema, instancia política que no toma en cuenta la participación ciudadana”.
Pedro Cardyn, médico e integrante del Frente Ambientalista de Panguipulli, señala que “la diferencia con Ralco es que tenemos una experiencia inédita de participación conjunta del mundo mapuche y chileno. Hemos logrado expulsar a los expositores de Colbún. Ellos no venían a informar y a generar participación. Du-rante cuatro años han trabajado en silencio, comprando gente y cuando tienen el queque en la puerta del horno, vienen a hacer un simulacro de participación”.
Otro sector importante afectado es el turismo. Osvaldo Riedemann, presidente de la Cámara de Comercio y Turismo de Coñaripe y ex concejal UDI de Panguipulli, señala que “hay oposición porque sabemos que la riqueza que tenemos en agua y calidad de vida se verá afectada por estos proyectos hi-droeléctricos. Estas empresas están proyectando el aprovechamiento hidroeléctrico en cualquier curso de agua, por pequeño que sea”.
Riedemann señala que los 48 MW que produce Pullinque bastan para la zona. “Nos preocupa que las centrales hidroeléctricas y geotérmicas van a generar el diez por ciento de la energía en Chile, que sirve para abastecer los grandes centros urbanos y sobre todo a ese monstruo que es Santiago, que consume todos los recursos naturales” -añade. También destaca lo injusto de las políticas energéticas y pone como ejemplo a Enel, “empresa que viene pagando desde hace años una patente anual a la comuna que no excede una UTM, luego de declararse en quiebra. Antes pagaba alrededor de sesenta millones en contribuciones municipales. Hoy paga menos que el más humilde comerciante de Panguipulli. Pero gana por la venta de energía unos diez millones de pesos diarios”.
El empresario añade que otra amenaza son los estudios de centrales geotérmicas proyectadas por Enel, que ya tiene presencia en la central de Pullinque y en Pilmaiquén. “Setenta a ochenta por ciento del turismo se concentra en la zona de Liquiñe, donde está la mayor concentración de centros termales de Chile”.
Pedro Antimilla, presidente de la comunidad Carlos Antimilla, de Coñaripe, acusa que “a Endesa le dieron el 8 de marzo una concesión provisoria para hacer estudios de impacto ambiental. Pe-ro desde mucho antes han hecho estudios y trabajos de ingeniería, sin consultar a los que vivimos acá. Nosotros, mapuches, vivimos en un sistema propio que el Estado nunca ha entendido ni va a entender. Miramos el medio ambiente de otra manera, no de la manera winka, que no considera lo espiritual”.
Por su parte, Carmen Pirquiante de Newen Mapu añade que “están interviniendo nuestra cultura: desde el momento en que SN Power compra derechos de agua, viola derechos indígenas. También dicen que van a perforar los cerros, donde están todos nuestros newenes e intervenir los lagos, donde están todas las medicinas y lawenes mapuches, como el chilco, limpia plata o especies únicas de matico. Nosotros queremos que nuestros hijos disfruten del territorio mapuche de la mis-ma forma como hicimos nosotros”. Pirquiante sentencia: “Los turistas que vienen hoy a Coñaripe no vendrán a ver centrales hidroeléctricas”. Respecto a la promesa de cupos laborales, Riedemann recuerda que “cuando se empezó a construir Celco se dieron 50 cupos por comuna. De los trabajadores que presentó Panguipulli, ninguno fue contratado ya que estas obras requieren mano de obra calificada”
Las centrales proyectadas en la cordillera valdiviana son, además de San Pedro, Choshuenco y Neltume (de Endesa) en las cercanías del lago Neltume; Pellaifa y Liquiñe, de la noruega SN Power, al interior de Coñaripe; y la nueva captación de la existente Pullinque, de la transnacional italiana Enel.
Por Mauricio BECERRA*
Azkintuwe
* Gentileza de http://www.puntofinal.cl/
Si ya comenzaste...¡¡Hazme Rechupete Hasta el Final!!
PANGUIPULLI / El silencio reinó en el gimnasio mu-nicipal de Panguipulli el pasado 7 de mayo. Mapuches de las comunidades cordilleranas, empresarios turísticos, vecinos y ambientalistas no aceptaron la fórmula de participación ciudadana propuesta en los proyectos hidroeléctricos, la que los instaba a escuchar a los funcionarios de Colbún que presentarían la proyectada central San Pedro, a construirse aguas abajo de la desembocadura del lago Riñihue. Simplemente los echaron.
Dos días después ocurrió lo mismo en Los Lagos, en las reuniones programadas para presentar el proyecto de un embalse de 28 millones de metros cúbicos ubicado 14,5 kms. aguas abajo del desagüe del lago Riñihue, que generaría un lago artificial de doce kilómetros y una presa de hormigón de 56 metros de alto. Después ocurriría lo mismo en Valdivia. En el intento de presentación del proyecto fueron expulsados el gerente de asuntos corporativos de Colbún, Carlos Urenda, el jefe del área ambiental de esa empresa, Hernán Cuadro, y el director de Conama en la Región de Los Lagos, Nelson Bustos.
El proyecto de Colbún, empresa del grupo Matte, plantea instalar una central de pasada que tendría una potencia eléctrica instalada de 155 MW, con una generación media anual estimada en 960 GWh para aportar al Sistema Interconectado Central a través de un empalme de 42 kms. Para los habitantes de la región este proyecto es la punta de lanza de otros seis que planean las empresas eléctricas y el gobierno en la cordillera de la Región de los Ríos, y que afectarían el sistema de lagos interconectados de la cuenca Lacar-Valdivia.
El sistema de lagos es de origen volcánico y surge en el lago General San Martín, en el lado argentino. Las aguas bajan por el río Pirihueico al lago del mismo nombre. Siguen por el río Fuy al lago Neltume y por el río Choshuenco al lago Panguipulli; de allí bajan por el río Enco al lago Riñihue y después desaguan por el río San Pedro -que luego es el Calle Calle- que posteriormente desemboca en el mar como río Valdivia. Por Coñaripe, las aguas del lago Pellaifa desaguan al lago Calafquén por el río Pellaifa; luego descienden al lago Pullinque, y por el río Pumahue bajan al lago Panguipulli.
“Para nosotros todo esto tiene un newen (fuerza) que no puede ser afectado por los intereses de las mineras del norte, que son las que requieren la energía. Todo esto del proceso de ‘participación ciudadana’ es un cuento, ya que no es vinculante. ¿Qué saco con escuchar a los de Colbún o a los de Endesa sobre cómo van a inundar estas tierras? Esa forma de ‘participación’ es la que rechazamos”, afirma Jorge Weke, werken de la comunidad Malchehue, de Panguipulli. Carmen Pirquiante, de la organización Newen Mapu, de Coñaripe, sostiene que “los ríos Llancao y Quilalelfo, la Laguna Azul, los árboles y lawenes (plantas medicinales), cada uno tiene su espiritualidad, su newen. No aparecen en los mapas winkas. Jamás esos newenes han estado juntos y ahora quieren juntarlos todos y echarlos al lago Pellaifa”.
Hasta ahora sólo se ha presentado, en 2002, el estudio de impacto ambiental de la central San Pedro. Pero el secretario de la Comisión Nacional de Energía, Luis Sánchez Castellón, la agenda del gobierno y El Mercurio mencionan siete proyectos hidroeléctricos “para la nueva región para superar la crisis energética”. La propia ministra de Minería, Karen Poniachik, a fines del año pasado pidió un fast track para los estudios de impacto ambiental de las centrales proyectadas. Clara muestra de que las mineras nortinas están en crisis energética. Las centrales proyectadas en la cordillera valdiviana son, además de San Pedro, Choshuenco y Neltume (de Endesa) en las cercanías del lago Neltume; Pellaifa y Liquiñe, de la noruega SN Power, al interior de Coñaripe; y la nueva captación de la existente Pullinque, de la transnacional italiana Enel.
Especies únicas
El estudio de impacto ambiental (EIA) de la proyectada central San Pedro reconoce entre los impactos de su construcción el incremento en los niveles de presión sonora, producción de material particulado y gases de combustión. Además informa la disminución del hábitat fluvial; cambios en la estructura y funcionamiento de las comunidades bentónicas y de peces; pérdida de vegetación nativa en las riberas y de hábitat de fauna en el lugar de emplazamiento de la central y en el trazado de la línea de transmisión; pérdida del valor escénico e intervención en zonas de protección oficial.
Entre las especies arbóreas afectadas hay doce especies nativas. Destacan el coigüe, lingue, roble, olivillo, laurel y ulmo. Pero el mayor daño que provocaría la construcción de la central es en el hábitat de un pez, el tollo de agua dulce (Diplomystes camposensis), especie descubierta en 1987, que sólo se encuentra en el río San Pedro.
Manuel Ruiz, del colectivo ambientalista Jóvenes Tehuelches, sostiene que “en el estudio no contemplaron medidas de mitigación respecto del bagre y del tollo de agua dulce”. Y acusa: “Dicen que será una central de pasada y que el agua se renovará cada 27 horas. Pero por el solo hecho de haber un embalse artificial y producción de materia vegetal pudriéndose y generando gases, se modifica la temperatura. Eso altera la cualidad biótica del agua, en una cuenca que en cuarenta kilómetros tiene una calidad excepcional. En vez de intervenirla debiéramos pensar cómo mantener esa cuenca, con políticas de manejo integral”.
Un informe de la Red Internacional de Ríos dice que cuatro por ciento del calentamiento global se debe a los grandes y medianos embalses. Otro integrante de Jóvenes Tehuelches, Ximena Retamales, acusa: “Aquí son siete proyectos en la Región de los Ríos, otros cuatro en Los Lagos y once más en Aysén. Es una gran cantidad de hectáreas de bosque nativo que se estaría inundando. Los dos gases más importantes de la putrefacción, el CO2 y el metano, estarán presentes, más la generación de ácido sulfídrico. Los dos primeros generan el efecto invernadero y el último altera el Ph del agua, haciéndola más ácida y bajando la dilución de oxígeno”. La inversión estimada para la represa San Pedro es de 180 millones de dólares y su construcción demoraría tres años, dando empleo a 500 trabajadores. Pero una vez puesta en marcha requerirá sólo de 25 para funcionar.
Los hechos consumados
Colbún contrató al sociólogo Esteban Illanes para convencer a los pehuenches del Alto Bío Bío para que permutaran sus tierras a fin de construir la central Ralco. Francisco Kakilpán, del Parlamento Mapuche, señala: “Nosotros ya tuvimos la experiencia de ese proceso. Estos tipos llegan a las comunidades diciendo que el proyecto es inevitable y que deben dar su consentimiento. Si bien en ninguno de los proyectos presentados se contempla relocalizar a los mapuches, su concreción es un golpe más al territorio mapuche y a la Tierra”.
Jorge Weke acusa que “estas empresas traen un clima de violencia. Endesa, sin pedir permiso a nadie, ya instaló en Choshuenco y Neltume cabañas para los jefes y cuatros contenedores y maquinarias en Puerto Fuy, afectando el lago Pirihueico, que es un corredor interoceánico. Se apro-vechan de la pobreza de la gente y crean divisiones en la comunidad”.
Endesa instaló maquinarias en las cer--canías del lago Neltume y hace per--foraciones arrendando un terreno a comuneros mapuches. El sábado 26 de mayo amenazaron con armas a comuneros mapuches que fotografiaban esas faenas, entre los que estaba el lonko de Pucura, José Catrilaf. Weke señala co-mo consecuencia de tales prácticas, “la división de la comunidad, alteración de lugares sagrados como el cementerio y el lago Neltume, cuyas aguas han sido ancestralmente usadas en sanaciones; alteración del nivel del lago y río Pirihueico y del humedal del río Cuá Cuá; además del sitio prioritario de raulí de la reserva nacional Mocho Choshuenco”. Las obras de Endesa caerían en la ilegalidad ya que ni siquiera ha presentado un estudio de impacto ambiental para la construcción en Neltume ni cuenta con un permiso provisorio de la autoridad ambiental o del municipio.
No es otro Ralko
A diferencia de Ralko, las empresas eléctricas se enfrentan esta vez a una comunidad unida, cómoda en su hábitat y consciente de la importancia de sus recursos naturales. Además, la experiencia de Celco en Valdivia generó un amplio movimiento que no mira con buenos ojos estos proyectos. Manuel Ruiz, estudiante de la Universidad Austral, dice que “hay conciencia de que el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental está hecho para concretar los proyectos. Y la dinámica que ha tenido la ley 19.300 da cuenta que fue hecha para avalar los tratados con otros países antes que para preservar el entorno. No sacan nada con presentar estudios medianamente científicos, si la evaluación final es de la Corema, instancia política que no toma en cuenta la participación ciudadana”.
Pedro Cardyn, médico e integrante del Frente Ambientalista de Panguipulli, señala que “la diferencia con Ralco es que tenemos una experiencia inédita de participación conjunta del mundo mapuche y chileno. Hemos logrado expulsar a los expositores de Colbún. Ellos no venían a informar y a generar participación. Du-rante cuatro años han trabajado en silencio, comprando gente y cuando tienen el queque en la puerta del horno, vienen a hacer un simulacro de participación”.
Otro sector importante afectado es el turismo. Osvaldo Riedemann, presidente de la Cámara de Comercio y Turismo de Coñaripe y ex concejal UDI de Panguipulli, señala que “hay oposición porque sabemos que la riqueza que tenemos en agua y calidad de vida se verá afectada por estos proyectos hi-droeléctricos. Estas empresas están proyectando el aprovechamiento hidroeléctrico en cualquier curso de agua, por pequeño que sea”.
Riedemann señala que los 48 MW que produce Pullinque bastan para la zona. “Nos preocupa que las centrales hidroeléctricas y geotérmicas van a generar el diez por ciento de la energía en Chile, que sirve para abastecer los grandes centros urbanos y sobre todo a ese monstruo que es Santiago, que consume todos los recursos naturales” -añade. También destaca lo injusto de las políticas energéticas y pone como ejemplo a Enel, “empresa que viene pagando desde hace años una patente anual a la comuna que no excede una UTM, luego de declararse en quiebra. Antes pagaba alrededor de sesenta millones en contribuciones municipales. Hoy paga menos que el más humilde comerciante de Panguipulli. Pero gana por la venta de energía unos diez millones de pesos diarios”.
El empresario añade que otra amenaza son los estudios de centrales geotérmicas proyectadas por Enel, que ya tiene presencia en la central de Pullinque y en Pilmaiquén. “Setenta a ochenta por ciento del turismo se concentra en la zona de Liquiñe, donde está la mayor concentración de centros termales de Chile”.
Pedro Antimilla, presidente de la comunidad Carlos Antimilla, de Coñaripe, acusa que “a Endesa le dieron el 8 de marzo una concesión provisoria para hacer estudios de impacto ambiental. Pe-ro desde mucho antes han hecho estudios y trabajos de ingeniería, sin consultar a los que vivimos acá. Nosotros, mapuches, vivimos en un sistema propio que el Estado nunca ha entendido ni va a entender. Miramos el medio ambiente de otra manera, no de la manera winka, que no considera lo espiritual”.
Por su parte, Carmen Pirquiante de Newen Mapu añade que “están interviniendo nuestra cultura: desde el momento en que SN Power compra derechos de agua, viola derechos indígenas. También dicen que van a perforar los cerros, donde están todos nuestros newenes e intervenir los lagos, donde están todas las medicinas y lawenes mapuches, como el chilco, limpia plata o especies únicas de matico. Nosotros queremos que nuestros hijos disfruten del territorio mapuche de la mis-ma forma como hicimos nosotros”. Pirquiante sentencia: “Los turistas que vienen hoy a Coñaripe no vendrán a ver centrales hidroeléctricas”. Respecto a la promesa de cupos laborales, Riedemann recuerda que “cuando se empezó a construir Celco se dieron 50 cupos por comuna. De los trabajadores que presentó Panguipulli, ninguno fue contratado ya que estas obras requieren mano de obra calificada”
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** pie de foto:
Entre las especies arbóreas afectadas por estos proyectos empresariales hay doce especies nativas. Destacan el coigüe, lingue, roble, olivillo, laurel y ulmo.
Entre las especies arbóreas afectadas por estos proyectos empresariales hay doce especies nativas. Destacan el coigüe, lingue, roble, olivillo, laurel y ulmo.
A diferencia de Ralko, las empresas eléctricas se enfrentan esta vez a una comunidad unida, cómoda en su hábitat y consciente de la importancia de sus recursos.
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