"...Si olvidas tu pasado lo repetirás..."
Ante el olvido generalizado que se expande en los distintos rincones de nuestra tierra, recordar se transforma en una actividad que intimida, que afecta la pasividad de la desvalorada Memoria Colectiva, que desafía la indiferencia reinante y que quiebra el silencio cómplice de una Historia escrita desde la generalidad de los procesos.
Recordar significa, para nuestra agrupación en particular, no enterrar en los senderos del pasado lo que sucedió con nuestros procesos y experiencias personales y colectivas, nuestros vecinos, nuestras familias y amistades, nuestro pueblo henchido de esperanzas y sus sueños de justicia e igualdad. Recordar es una actividad que aporta en no permitir una derrota futura de los sueños, de esos mismos sueños de transformación vigentes en el ayer, en el presente y en el mañana que se abre camino.
18 fueron los campesinos que vivieron, un 9 de octubre de 1973, el último día de sus vidas. El Fundo Baños del Chihuio fue el lugar escogido por las autoridades de la época para exterminar a personas provenientes de diversas partes de la provincia (Futrono, Arquilhue, Chabranco, Curriñe y Llifen). Eran dirigentes del Sindicato Esperanza del Obrero del Sector Sur del Complejo Maderero Panguipulli-Neltume.
Tal ajusticiamiento - llevado a cabo por los delegados del Poder Central, militares de los regimientos Maturana y Cazadores – quedó en la retina de un joven que conocía a los torturados:
Sus sueños lo proyectaban y materializaban en el trabajo cotidiano. La construcción de otro mundo -uno con justicia de verdad- no fue para ellos un simple ideal, sino que fue asumido como una labor terrenal y como un sacrificio en vida. El saltar de la ilusión a la acción fue el “gran pecado” que cometieron y por el que fueron “castigados con la muerte". Pensaban que sus vidas heredarían una sociedad fraterna y solidaria, y con asesinarlos se creía que degollarían sus espíritus de lucha.
Este sábado 8 de abril se cumplirá la segunda parte de la instalación de un Memorial en homenaje a quienes sembraron inspiración, conciencia, rebeldía, amor y esperanzas. Como estudiantes organizados queremos estar presentes y entregar una rosa de fe a las viudas y a los hijos que estarán presentes, porque el motivo que les arrebató a sus seres, a nuestros seres, no quedará en el olvido… la construcción de justicia, de igualdad, de la solidaridad en que creían nuestras 18 estrellas -que hoy nos alumbran con su ejemplo en la lucha cotidiana- se retrata en cada acción y sonrisa de los que construyen organización del pueblo.
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